Entrelíneas
Vivir HOY
Maribelle Quirós J. |
Muchas son las cosas que nos proponemos al llegar los fríos vientos decembrinos: hacer más ejercicio, bajar de peso, cambiar el peinado, pasar más tiempo con la familia, estresarme menos con el trabajo, comer más sano, leer más, descansar y disfrutar más de la vida…
La lista es tan larga como propósitos humanos hay. Y no tiene nada de malo tenerlos, el problema radica en que más tarda la primera rama de ciprés en secarse y el último tamal en desaparecer de la refrigeradora, para que nos volvamos a subir en la rueda de la fortuna de la vida y, entre ocupaciones, preocupaciones y carreras, los buenos propósitos de fin e inicio de año se queden en eso, en una buena y fugaz intención.
Múltiples son las razones para que esto suceda; desde mi humilde perspectiva tiene que ver con nuestra naturaleza humana, con ese mecanismo de defensa que nos hace olvidar que somos finitos, que solo estamos de paso, que las hojas del calendario pasan lo queramos o no.
Así se nos pasa la vida haciendo planes para el futuro, cuando lo único que realmente tenemos seguro es el HOY. Perdemos así la oportunidad de hoy hacer algo por ser mejores personas, de mejorar nuestra calidad de vida, de amar y demostrarlo sin reserva, de vivir como verdaderamente queremos.
Olvidamos que solamente se vive una vez, que el tiempo perdido no se recupera. Aprovechemos entonces la oportunidad que tenemos hoy y, en lugar de llenarnos una vez más de propósitos de enmienda, dediquemos tiempo a replantearnos metas, ideales y valores que reorienten nuestra vida, de manera que vivamos cada día como si fuera el último.
Tomemos hoy muy en serio esta frase cuyo origen desconozco: “Ayer es una historia. Mañana es un misterio. HOY es un regalo; por eso se llama PRESENTE”. Vivamos pues el hoy a plenitud, como si fuera nuestro último día.