De nuevo el Repertorio Americano
Margarita Rojas G. (*)Una de las más valiosas donaciones que ha recibido la Universidad Nacional es la colección de la revista Repertorio Americano, de la cual hay pocas colecciones completas en el país. La que donó el Banco Central llegó a la Universidad Nacional en junio de 1998 y está constituida por una completa empastada y ejemplares sueltos de casi todos los números.
Como parte de la digitalización de las publicaciones académicas de la Facultad de Filosofía y Letras, hace dos años y con el apoyo de varias autoridades universitarias, el Proyecto Biblioteca Electrónica de la Facultad de Filosofía y Letras dio inicio a la digitalización y la indización de Repertorio; en poco tiempo, se ha logrado empezar a poner al alcance público y gratuito esta gran obra en el repositorio institucional y pronto estará también en el sitio del Siduna.
Esto, más otros asuntos correlacionados, hacen surgir varias cuestiones, por ejemplo, la gestión del patrimonio institucional: ¿cómo se ha conservado este en la UNA? ¿Se ha preocupado la institución por mantenerlo y preservarlo en las mejores condiciones? ¿Hay conciencia de la existencia de tal patrimonio académico institucional?
En los últimos años, hemos visto la creación del Archivo Institucional, las mejoras al edificio de la Biblioteca García Monge, la consolidación de la Sala de Libros Antiguos y Especiales; estos han sido ya algunos adelantos. Sin embargo, no bastan. Además, no siempre se han generado gracias a la existencia de políticas institucionales sino por iniciativas individuales de algunos académicos.
A todo lo anterior, ahora es preciso agregar los medios digitales para conservar y ampliar el acceso de los valiosos documentos; su existencia facilita pero también genera el problema de su gestión, dentro de una institución tan diversa como una universidad.
Entre 2011 y 2013, dos comisiones formadas por la Rectoría trabajaron sendas propuestas para la gestión del patrimonio académico institucional y el repositorio institucional. Ambas comisiones trabajaron al final unidas y entregaron un documento de propuesta de las políticas; además, se creó el repositorio. No obstante, no se acordó cómo se administraría el repositorio, quiénes son los encargados y cuáles son las reglas comunes.
El actual repositorio, así como el sitio web y el correo interno, son estratégicos recursos para conservar y difundir el patrimonio académico. Es necesario que las unidades académicas y la institución como un todo inicien un proceso de reflexión para decidir cómo se van a administrar académicamente.
(*) Académica e investigadora de la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje.