Cultura académica: ¿Plagio o legalidad?
Bernardo Rodas Posada (*)h_jeanpaul@hotmail.com
En función de mi rol como profesor del curso Teoría del Conocimiento y de tutor de monografías del Programa del Bachillerato Internacional, asistí en abril pasado al taller “La prevención del plagio académico. Hacia una cultura de la legalidad”, evento facilitado por Fernando Ontiveros, de Turnitin LLC, en el TEC de la ciudad de Cartago, a partir del cual les compartiré alguna información y reflexiones al respecto de las formas del plagio. Posteriormente, me referiré a los estándares éticos en la producción de trabajos académicos.
Formas del plagio
Las comunidades de conocimiento afines a una cultura de la legalidad académica en general hacen referencia a cuatro tipos de plagio existente, los cuales muchas veces no son reconocidos como tales y eso dificulta su identificación, tratamiento y prevención. Estas formas son las siguientes:
1. Autoplagio: Se produce cuando se hace uso de la propia producción –previa– y esta es presentada como original y novedosa. Comúnmente, no parece inadecuado presentar en diferentes espacios, algo de elaboración propia, digamos auténtica y original en un primer momento, pero que posteriormente es “reciclada”.
2. Copiar sin autorización: Cuando Larry Tesler inventó la función de “copiar”, “cortar” y “pegar” en los sistemas operativos, nunca imaginó que su invención fuera a utilizarse para el plagio académico. El uso de esta función es altamente frecuente pues “facilita la redacción del trabajo académico”, pero su uso no siempre va acompañado de la autorización requerida, la cual puede ser de pago o de reconocimiento de la fuente que generó la información original.
3. Falsa autoría: Es una forma de plagio relativamente fácil de identificar, y se da cuando quien escribe se atribuye literalmente o por omisión de referencia, la autoría total de la información suministrada al lector. Para el docente que conoce la producción de sus estudiantes, será sencillo sospechar de esta forma de plagio cuando lo escrito no corresponde al nivel académico del estudiante. La aparición repentina de párrafos o líneas de alta erudición en quien no es frecuente, es un indicador de que posiblemente estemos ante esta forma de plagio.
4. Parafraseo: Parece una forma sencilla y hasta amistosa de presentar una idea o información compleja elaborada por otra persona; sin embargo, el parafraseo es cuando se usan palabras propias para expresar lo dicho por otro autor, sin darle crédito. Para esta y todas las formar previas, deberemos entender el plagio como una infracción al derecho de autor sobre su producción.
En otra entrega me referiré a los estándares éticos, a la necesidad de prevenir el plagio y a la posibilidad de sancionarlo; entendiendo que el fenómeno del plagio encuentra cada vez más terreno fértil como práctica común y hasta lógica, desde la perspectiva de una cultura del menor esfuerzo posible. Esa cultura permea hoy muchos ámbitos de la sociedad.
(*) Asistente Cocurricular, UWC Costa Rica