Los perjuicios del trabajo infantil

Jose Umaña Salas para CAMPUS
umanajoseadrian@gmail.com



El trabajo infantil es una problemática que no se ha logrado erradicar por completo.

  En un artículo publicado en el sitio web del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec) y con base en la Encuesta Nacional de Hogares, se informa que entre 2011 y 2016, hubdo una disminución de 1,2 puntos porcentuales en el trabajo de la población infatil y adolescente. Aunque esta baja es importante, el mismo documento advierte que los niños (as) y adolescentes de edades comprendidas entre los 5 y 17 años representan el 20,1% de la población total y de ese grupo un 3,1 % trabaja.

¿Qué es el trabajo infantil y cuándo se presenta?

  Marielos Chinchilla, de la Oficina de Trabajo Infantil del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), mencionó en el programa de televisión “UNA Mirada” que estamos en presencia del trabajo infantil cuando se da alguna de tres condiciones: existe una subordinación, se presta un servicio por el que se da un pago en especie o en dinero, y se asigna una labor dentro del sector formal, informal o familiar. Recordó que el trabajo afecta el desarrollo pleno del niño o niña tanto a nivel físico como mental y social, por estar incorporándosele a una actividad para la que no se está preparado, según lo regula el Convenio 138 de la Organización Mundial del Trabajo. Y sin bien en algunos casos, adolescente entre 15 y 18 años ya puede trabajar, debe hacerse bajo un régimen de protección especial que tiene sus condiciones particulares.

  Dennis Cabeza, del Movimiento Sindical de Trabajadores Costarricenses, agregó que las formas de trabajo infantil en Costa Rica son muchas y se pueden presentar en actividades tan diversas como agricultura, pesca, oficios domésticos, venta de flores u otros bienes y hasta en las calles haciendo maromas, lo cual les impide su desarrollo natural.

Chinchilla indicó que es importante establecer la diferencia entre trabajo infantil y actividad formativa. Esta última es parte de las responsabilidades que tiene la persona menor y se realiza en horas muy puntales en el hogar, mientras que el trabajo infantil trasciende a esas labores de responsabilidad, donde la persona no va porque quiere si no por la necesidad de obtener un ingreso económico con el cual ayudar a la familia.

Además, Pablo Chaverri, académico e investigador del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia de la UNA, recordó que el trabajo infantil tiene un componente cultural, ya que es común confundir la actividad formativa con trabajo. “Hay personas que dicen, por ejemplo, yo empecé a trabajar muy jovencito y eso me formó a mí, por lo tanto yo quiero formar a mis hijos. Sin embargo, el informe mundial sobre trabajo infantil de 2015 es muy claro al señalar que el trabajo infantil no predice una mejor inserción laboral; al contrario, lo que indica es que conforme más temprana es la inserción al mundo del trabajo es menor la calificación educativa que se obtiene y más precaria esa inserción laboral”.

Otras implicaciones del trabajo infantil

  Dennis Cabeza es claro en que el trabajo a veces desvirtúa el proceso de la niñez cuando se trabaja por necesidad y obligación. “A veces sucede que el niño o la niña no está ayudando en los quehaceres del hogar o aprendiendo cómo hacer un café, por ejemplo, sino que se levanta a hacer un desayuno, cuidar la casa, ver por los demás miembros de la familia, y esto desvirtúa un proceso constructivo para convertirse en un proceso destructivo porque le impide ser niño o niña”.

  Otras situación común, detalla Eddy Madrigal, coordinador de la Encuesta de Hogares del INEC, se presenta en el sector agropecuario. “En algunos circunstancias, cuando contratan al padre de familia, el adolescente “ayuda” al papá, y cuando se entra en detalle, vemos que por la cantidad de horas y tareas que realiza se está ante un trabajo”.

  Además, añade Chaverri, entre más horas trabaje un menor de edad es más probable que se salga del sistema educativo o que su rendimiento y la calidad de su aprendizaje baje, mientras se enfrentan a la situación de que no están suficientemente calificado para obtener un empleo formal. “En Costa Rica una gran cantidad de adolescentes no finalizan la educación secundaria y la  mayoría de los jóvenes no llegan a la educación superior aunque tengamos una economía cada vez más basada en el conocimiento, que exige mayores niveles de calificación técnica y profesional para poder obtener ingresos formales; entonces es muy importante entender esto no solamente desde el punto de vista de la persona trabajadora sino también desde el punto de vista del perjuicio socioeconómico que genera a todo el país el trabajo infantil porque deteriora la calidad de la inserción laboral y en lugar de invertir ese tiempo en subir la calificación de las personas jóvenes más bien retrasa esos procesos en un momento crucial para ese desarrollo”.

¿Qué hacer?

  En este contexto de preparar a la persona según su etapa de desarrollo, Chaverri considera muy importante darle más impulso a políticas que ha venido desarrollando el Ministerio de Educación Pública que tienen que ver con las artes, recreación y el deporte como actividades permanentes.

  En el mismo sentido, Kattia Rodríguez, directora de la Dirección de la Niñez y Adolescencia en la Defensoría de los Habitantes, destaca los programas de becas como FONABE, Avancemos, y las ayudas del IMAS, para que la persona menor permanezcar en la escuela. Paralelamente existe un régimen especial de protección para jóvenes de 15 años que deseen laborar, en el que se define que la persona debe privilegiar los estudios, tener una jornada laboral de seis horas diarias y mantenerse dentro del sistema educativo. Al respecto destacó que algunos esfuerzos han dado resultados, pues hay mayor retención de jóvenes en el sistema educativo.

También existe la posibilidad de la denuncia cuando se encuentre algún caso de abuso. Si se encuentran a un niño (a) trabajando, interviene el Patronato Nacional de la Infancia porque los padres están siendo negligentes, en ese sentido tienen que adoptarse medidas de protección a su favor y si es una situación de naturaleza económica referir a los programas de asistencia que existen para ese fin, concluyó Rodrígez.

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    Setiembre 2018 - Año XXXI N° 301

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