Empleo, pobreza y seguridad social: retos sociales del futuro Presidente
En Costa Rica, cerca de 340 mil personas viven en pobreza extrema y más de 750 mil son pobres. Además, la creciente desigualdad del ingreso debe llamar a la reflexión y a la acción.José Francisco Pacheco
Subdirector Escuela de Economía UNA
campus@una.cr
Los tres desafíos aquí contemplados no representan un listado exhaustivo de tareas pendientes, pero sin duda alguna conforman el corazón de la futura política social.
Reto 1: Crear empleo y, en general, mejorar el funcionamiento del mercado laboral.
Si bien la coyuntura actual señala el desempleo como el mayor problema macroeconómico, en realidad este es tan solo la punta del iceberg de una larga lista de temas relacionados a la precarización del empleo que experimenta el país, donde solo un 39% de los asalariados goza de todos los derechos laborales, mientras un 37% no recibe el salario mínimo. Todo ello atenta contra las mejoras en pobreza, desigualdad y movilización social.
Varios retos se vislumbran al respecto. El primero es generar un crecimiento económico caracterizado por tres principios: elevado, sostenido y balanceado. Ninguno de los tres se ha cumplido en las últimas dos décadas.
Primero, no ha sido elevado. La tasa media de crecimiento económico desde los noventa es del 4,5% anual, aún lejos del 6% o más que recomiendan agencias internacionales como la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Segundo, no ha sido sostenido, aún y cuando el crecimiento económico sea moderado. Desde el 2000, la producción solo creció por encima del 6% anual en tres ocasiones, mientras en cinco años lo hizo por debajo del 3%.
Tercero, no ha sido balanceado entre sectores productivos, tal y como lo ejemplifica las contrastantes experiencias de la agricultura y las zonas francas. Es decir, aquellos sectores productivos que crecen más aceleradamente son precisamente los que no son intensivos en mano de obra. Se debilita, pues, de esta forma, el vínculo entre producción y empleo.
El establecimiento de una política extensiva e inclusiva de empleo parece ser otra tarea pendiente. Si bien en la administración Chinchilla Miranda se establecieron programas como “Empléate” (orientado a incrementar oportunidades de empleabilidad en jóvenes) y la “Campaña de Salarios Mínimos” (cuyo objetivo es incrementar el cumplimiento de dicha garantía), pareciera que la política laboral no es punto prioritario en las agendas de los últimos gobiernos.
Finalmente, es necesario continuar esfuerzos en materia educativa para mejorar las capacidades profesionales de las y los graduados de bachillerato.
Reto 2: Revertir tendencias en pobreza y desigualdad.
Según datos de la Encuesta Nacional de Hogares, poco más de 340 mil personas viven en pobreza extrema y más de 750 mil son pobres no extremos. Además, la desigualdad del ingreso es creciente con números que llaman a la reflexión.
Por un lado, tenemos más de un millón de habitantes que vive con un ingreso mensual menor a 85 mil colones por persona; por otro lado, la misma ENAHO 2012 nos dice que apenas 13.500 personas (0,3% de los residentes en Costa Rica) viven en hogares donde el ingreso per cápita supera los tres millones de colones mensuales.
Estos datos abren varios frentes de acción pública para el futuro Gobierno. Primero, la reforma fiscal emerge como una valiosa oportunidad para mejorar la progresividad del sistema tributario costarricense y, por ese lado, una mejor distribución de la riqueza.
El segundo frente complementa el punto anterior: debe promoverse una mejora sustancial de la asignación del gasto público, particularmente en programas focalizados. Mientras la inversión social crece, los resultados no reflejan ese mismo patrón de mejora. Esta desconexión podría sugerir que el problema no radica en la “falta de plata” sino en la institucionalidad social donde prevalecen entidades duplicadoras de funciones, criterios de selección de beneficiarios mal diseñados y nula evaluación de impacto.
Reto 3: Reformar la seguridad social.
Más allá de los problemas financieros de reciente noticia, la seguridad social requiere transformaciones estructurales severas y este parece ser un momento apropiado para diseñarlas e implementarlas.
En el caso del seguro de salud, la agenda incluye temas como financiamiento de EBAIS, aplicación de nuevos mecanismos de pago, implementación de una agenda de trabajo de largo plazo basada en necesidades epidemiológicas y la modernización del sistema de información.
En materia de pensiones, es necesario revisar y/o replantear la metodología actuarial que analiza la sostenibilidad del régimen, dadas las diversas interpretaciones planteadas por la CCSS y la SUPEN. En todo caso, sea un tema de corto o mediano plazo, el país debe ingresar en un periodo de discusión sobre los cambios requeridos en materia de edad de retiro, cotizaciones y monto con el cual nos pensionaremos.
Ahora más que nunca, los resultados recientes sugieren que para el próximo Gobierno de la República la reforma de la CCSS será un proceso ineludible.
Entrega Especial. Retos del nuevo gobierno.
» Urge distribución equitativa de beneficios del desarrollo
» Déficit fiscal requiere acción inmediata
» Los retos globales de la Administración 2014