Urge distribución equitativa de beneficios del desarrollo
La mejora en la competitividad permitiría un mayor dinamismo económico y una mejor posición del país frente al exterior.Roxana Morales Ramos
Observatorio de Coyuntura Económica y Social UNA
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Solución al desequilibrio fiscal. La nueva administración asume el poder sin recursos suficientes para ejecutar sus propuestas. El país requiere de una reforma fiscal integral que sea progresiva, que logre reducir la evasión, que busque controlar, hacer más eficiente y transparente el gasto y, además, que consiga incrementar los ingresos de manera sostenida. Para ello, deberá ser capaz de generar un profundo diálogo entre los diversos actores económicos y sociales, que permita llegar a los consensos que no han podido alcanzarse en los últimos 15 años en esta materia. Las acciones necesarias deberán implementarse rápidamente, debido a que el creciente déficit fiscal podría poner en peligro otras variables económicas y, por supuesto, el cumplimiento de los objetivos y metas que se plantee el presidente electo.
Reactivación económica: la reactivación económica se refiere al logro de mayores tasas de crecimiento de la producción -de manera sostenida-, producto de un mayor dinamismo de la mayoría de actividades económicas del país, y no solo de unas cuantas; esto último, en referencia a que en los años recientes el crecimiento ha estado muy concentrado en algunas actividades, regiones y empresas, lo que se ha traducido en mayores niveles de desempleo y desigualdad.
Fomento del emprendimiento con énfasis en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes): un crecimiento económico menos concentrador de la riqueza requiere de estrategias y políticas que fomenten actividades emprendedoras, las que a su vez generarían mayores opciones de empleo y bienestar para la población. Por ello el apoyo a las mipymes es esencial.
Recuperar el agro costarricense: el país se ha venido transformando y la actividad agrícola ha perdido importancia; este ha sido un sector abandonado por las políticas públicas en los últimos años y cada vez dependemos más de alimentos importados. Una política de seguridad o soberanía alimentaria requerirá de un fuerte apoyo al agro costarricense; no significa que tengamos que producir todo lo que consumimos, pero sí que seamos capaces de autoabastecernos -en la medida de lo posible- de alimentos básicos de buena calidad. Ello además contribuiría con la generación de fuentes de empleo, principalmente en las zonas rurales.
Mejorar la competitividad: es imprescindible una mayor inversión en infraestructura (carreteras, caminos, puentes, puertos, aeropuertos), ciencia y tecnología; reducción del costo de la electricidad, una mano de obra más capacitada, menos trámites para emprender negocios, un menor déficit fiscal, mantenimiento de tasas de interés e inflación en niveles bajos y estables, y un tipo de cambio más competitivo. La mejora en la competitividad permitiría un mayor dinamismo económico y una mejor posición del país frente al exterior.
Más y mejores empleos: existe un alto porcentaje de la población de 15 años o más dispuesta a trabajar que no ha logrado conseguir empleo o que se cansó de buscarlo. El bajo, volátil y concentrado crecimiento económico no ha permitido crear suficientes opciones laborales y, además, muchos de los nuevos puestos se caracterizan por ser de baja calidad, lo que ha contribuido a una mayor precarización laboral en el país: elevado subempleo, alto incumplimiento de garantías laborales, menos trabajadores que cuentan con seguro de salud, reducción de ingresos reales, por ejemplo; por lo que revertir estas tendencias se convierten en importantes desafíos para el nuevo gobierno.
Reducción de la pobreza y las desigualdades: las acciones anteriormente mencionadas contribuirían a mejorar las condiciones de vida de la población en general; sin embargo, además se requerirá de una política social más transparente, coordinada y efectiva. Se conocen las causas estructurales de la pobreza y las desigualdades, y sobre ellas es que se debe trabajar.
Además de los anteriores, se pueden mencionar otros retos no menos importantes, como por ejemplo: a) lograr la sostenibilidad financiera de la CCSS; b) aprovechar de mejor manera los tratados comerciales; c) fomentar los encadenamientos productivos, principalmente entre las industrias de zonas francas y las de base nacional; d) apoyar al sector turismo -un importante generador de empleo en las zonas rurales y periféricas del país-, y e) promover la inversión empresarial fuera de la Gran Área Metropolitana.
Finalmente, el mayor reto para el nuevo gobernante será el logro de consensos y acuerdos. La posibilidad de una Asamblea Legislativa altamente fraccionada, el elevado descontento social, los altos niveles de corrupción y las diferencias ideológicas de los diferentes partidos políticos, podrían convertirse en importantes barreras para la consecución de los objetivos y las metas que se quieran alcanzar, y no solo en materia económica.
Entrega Especial. Retos del nuevo gobierno.
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