Colombia la paz como posibilidad histórica: Negociaciones y retos del gobierno Santos y FARC

Carlos Carranza Villalobos / Leidy Rojas Bermúdez para CAMPUS

La independencia colombiana (1810) forjada por el prócer Simón Bolívar, el patriota Santander y el estadista Nariño, entre otros, que crean un país con identidad y cultura propia, parte de la larga lucha para conformar el Estado Nacional.

Tal conformación se da en medio de un fuerte enfrentamiento entre liberales y conservadores, conocido como el periodo de "La violencia" y caracterizado por un alto grado de conflictividad, que se profundiza con la crisis del 1929, más la negación de nuevas fuerzas sociales y económicas del país.

Entre espinas, dolores y nuevas voces

La figura de Eliécer Gaitán, líder social popular que planteaba la tesis de justicia social, de transformación del sistema financiero y de reforma agraria, termina con su asesinato, el 9 de abril de 1948. Con ello la vieja oligarquía cerró las posibilidades de acuerdos y se inició la espiral de violencia que vivió el país en las décadas siguientes.

La muerte de Gaitán hace que esa fisura histórica se amplié y tome distintas expresiones como las luchas urbana, estudiantil y agraria. En el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla no se logra estructurar un gobierno de fuerza, lo cual obliga a buscar nuevas alternativas entre liberales y conservadores: el Frente Nacional gobernó por 16 años y lo hizo de forma alternativa con líderes de ambos partidos. No obstante este acuerdo, tampoco se alcanza el objetivo de crear la unidad nacional, pues existía una serie de actores políticos que planteaban nuevas opciones.

Algunos jóvenes liberales deciden conformar las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuya figura más prominente fue Manuel Marulanda Tirofijo. Posteriormente destacó Camilo Torres, quien participó en el Ejército de Liberación Nacional (1965) y el movimiento 19 de abril (M-19), en 1970.

En un ambiente de alto enfrentamiento (70-90) el grado de contraposición de paramilitares, narcotráfico, guerrilla, incluso del mismo ejército, convierte a Colombia en un país de violencia y de enfrentamiento permanente, que dejó miles de muertos. Simultáneamente también se discutía la posibilidad de negociación con la guerrilla .

Las primeras negociaciones con la Guerrilla

En 1982 el presidente Betancourt inició el proceso de negociación Cese al fuego, que se prolonga hasta1984, con el primer acuerdo con las FARC y luego con el M-19.

Posteriormente, en el gobierno de Virgilio Barco, se dan los acuerdos con el M-19 y el EPL. El gobierno de Gaviria (1990-94) fortalece su política de enfrentamiento al narcotráfico, pero como producto de los acuerdos florece la constitución de 1991, que trata de crear condiciones para una nueva Colombia.

Durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) los esfuerzos aumentan, se crean zonas para desmilitarizar, pero las FARC ejercen un enfrentamiento más directo con el gobierno y abandonan cualquier proceso de negociación (El Caguán). Esto da inicio a un nuevo periodo que dio pie a que una parte de la cuidadanía tomara posiciones mas fuertes en contra de cualquier acuerdo. Álvaro Uribe capitalizó esta situación, y bajo el lema "mano firme, corazón grande", alcanzó la presidencia.

Guerra dura de alta intensidad (2002-2010)

Álvaro Uribe sostuvo un programa con lenguaje duro y fuerte a la guerrilla y estrategias económicas de recuperación para darle a Colombia mayor presencia en el mercado internacional, tratando de modernizar su estructura económica y beligerancia en las relaciones subregional e internacional.

El enfrentamiento de Uribe es claro y selectivo al golpear a la guerrilla con una estructura militar más preparada para enfrentar el conflicto. En su gobierno mueren líderes importantes de las FARC por distintas causas, lo cual le genera legitimidad ante una parte de la sociedad, pese a la fuerte oposición de la izquierda y de sectores liberales en el Congreso.

A la par del presidente se fortalece paulatinamente, como ministro de la Defensa, José Manuel Santos, una figura subestimada por el mismo Uribe y las fuerzas más duras de Colombia, aunque ya había dado señas de sus nuevas posiciones ideológicas, cuando se inserta en el modelo de la tercera vía.

Santos: entre la duda y la negociación

En el discurso de toma de posición en el 2010 Santos decía: "Un gobierno de unidad nacional, como el que propongo (...) supone dejar atrás confrontaciones estériles, pendencias desprovistas de contenido, y superar los odios sin sentido entre ciudadanos de una misma Nación".

Su gobierno se deslinda así del expresidente Uribe, y pasa de la retórica de guerra a la de paz, lo cual significó negociar en el frente externo con el presidente Chávez, manejar la distensión con Ecuador y lograr el apoyo de Lula a posibles acuerdos políticos; además, alcanzar acuerdos tácticos con Cuba y evitar la oposición de Estados Unidos a la negociación. La mesa estaba servida, pero se requería apoyo de otras fuerzas, para lo cual se firman acuerdos sobre víctimas del conflicto y marco jurídico para la paz (14/ 06/2012).

En concordancia con estas acciones, Santos inició, casi desde la toma presidencial, los contactos con las FARC para lograr acuerdos; en 2011 ambas partes nombraran delegados encabezados por figuras de primer orden y nombran como garantes a Noruega y a Cuba, donde se dan las negociaciones. Los posibles acuerdos se dan en distintos campos: reforma agraria, participación política, solución al tema del narcotráfico, víctimas y reparación, implementación, verificación y refrendación del proceso de paz.

Entre agosto 2012 y mayo 2013 se abren las negociaciones que llevan al primer acuerdo. Se dan momentos de una negociación que no han sido fáciles considerando la presión que ejercen fuerzas al interior del país y las FARC pujando para que alguna de sus tesis queden en la firma del acuerdo definitivo.

Lograr la paz es difícil, se requiere construir puentes, túneles y hasta replantear la ruta. El caso de Colombia es muy complejo; representa el principio de Estado Nación y también debe cumplir con el orden normativo político que los rige. El gobierno ha tratado de crear un blindaje jurídico político a los posibles acuerdos con las FARC, basado en las prerrogativas de su Constitución Política de 1991, con apoyo de la comunidad internacional.

Santos termina su mandato en 2018. Esta dimensión de tiempo es básica para su gobierno, significa que tiene que acelerar procesos, pues la opinión colombiana cree que sigue el camino adecuado al fortalecer los cimientos de una cultura de la paz. No es una tarea sencilla, en un país con larga tradición de conflictos y luchas, que debe imaginar caminos hasta hoy día no transitados.

La paz no sólo sería beneficioso para Colombia, sino para el mundo, pues le permitiría a dicha nación lograr el crecimiento económico y humano que lo pondrían en un nuevo sitial en lo económico, social y político.

(*) Coordinador del Programa de Análisis de Coyuntura de la Sociedad Costarricense

(**) Asistente de investigación, Programa Análisis de Coyuntura de la Sociedad Costarricense, Escuela de Sociología-UNA.

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    Julio 2016 - Año XXVI # 277

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