Nuestra responsabilidad de transformar

Alberto Salom Echeverría
Rector UNA

El planeta Tierra, nuestra Madre Tierra, vive un momento crítico, todos los seres vivos que la conformamos. La vida está amenazada "resultado de un modo egoísta e irresponsable de vivir, de producir, de consumir, de establecer relaciones entre nosotros y con la naturaleza que implicó una sistemática agresión a la Tierra y a sus ecosistemas y una profunda disimetría social, una expresión analítica que disimula una perversa injusticia social planetaria", como lo planteara Miguel D'Escoto, en 2009, cuando era presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Ante esta situación nos toca, como personas y como universidad analizar la situación que enfrentamos, siendo conscientes de esta y así aportar para el cambio. Porque requerimos reorientar el rumbo, cambiar nuestra forma de habitar la Tierra, la manera como producimos, distribuimos y consumimos. Como lo señala Leonardo Boff, hay que dejar atrás la etapa de autodestrucción, de ecocidas (que mata los ecosistemas) y hasta geocidas, porque podemos matar la vida de la Tierra. Por lo tanto, para ir construyendo una cultura basada en la ética del cuidado de la vida: cuidar la Tierra y cuidarnos como seres humanos unos a otros. En este sentido, afirma Boff, el eje central de la nueva civilización no es el desarrollo sostenible, sino la VIDA, la vida humana, la vida de la naturaleza, la vida de la Tierra, una "biocivilización".

Se necesitan cambios en la visión, los valores, las creencias y las prácticas que realizamos los seres humanos y en ese sentido las universidades, como espacios de construcción de conocimiento y formación de profesionales jugamos un papel fundamental. Tenemos la responsabilidad de contribuir a la transformación de la sociedad para el bienestar social y la sustentabilidad ecológica; todo ello mediante su quehacer: en la docencia, la labor de investigación, y la extensión. Debemos generar espacios, acciones, conocimientos, reflexiones, metodologías, que propicien una nueva cultura encaminada al cuidado de la vida en todas sus formas, el compromiso con las poblaciones vulnerables, la construcción de redes de respeto y de solidaridad.

La institución acordó que el 2016 fuera el Año de la UNA por la Madre Tierra, ¿qué pretendemos con dicha declaratoria? Que toda la comunidad universitaria, de acuerdo con la especificidad de cada persona, de cada unidad académica, de cada instancia, de cada facultad, centro o sede, pueda consciente y explícitamente: generar conocimientos y acciones para lograr el cambio de rumbo; revisar si nuestras prácticas cotidianas como universidad están contribuyendo con una sociedad más sustentable; valorar si estamos potenciando la generación de conocimiento científico y humanístico en función del respeto a la vida y la naturaleza, entre muchas otras acciones.

La UNA ha venido realizando cotidianamente acciones que permiten mejorar la calidad de vida de la Universidad y del planeta, pero todavía falta mucho más, la tarea es de toda la comunidad universitaria, en lo personal y como colectivo, debemos aportar para instaurar una cultura de la vida.

El suplemento Acciones ambientales, que se inserta en esta edición del periódico CAMPUS, contiene información sobre diferentes proyectos y procesos que se realizan en la UNA a favor del ambiente. Esta edición especial aborda el tema de las edificaciones de la Institución bajo los nuevos esquemas amigables de construcción, indicadores sobre el ahorro de energía y recursos que hemos tenido en los últimos años, los esfuerzos que en el mismo sentido estamos haciendo en las sedes regionales, sistemas de tratamiento la reutilización de aguas jabonosas para fines domésticos y la personas involucradas en estos esfuerzos.

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